Después de tener ya la hipoteca (que tengo que decir que el tipo del banco donde la hemos hecho se lo a currado un montón. Ha ido a saco). Tienes que perder la mañana (y dinero) escuchando como un tipo raro lee el contrato de compra venta y el de la hipoteca. Otro rollo.
Por fin te dan las llaves.
Ahora toca rascar el gotelé. Esto es un suplicio, no lo hagáis nunca. Jamás. Evitarlo por todos los medios. Si tenéis dinero contratar a alguien para que lo haga, o simplemente taparlo con pladur, pero no os pongáis a rascarlo vosotros mismos. Os arrepentiréis.
Para redondear, a medida que estás "trabajando" (y lo pongo entre comillas porque quitar el gotelé no es un trabajo sino un suplicio) van saliendo cosas nuevas para hacer. Así que finalmente después de quitar el estucado, hacer regatas para cambiar los apliques eléctricos y la instalación en si, cambiar las puertas, poner calefacción (preferiblemente de gas, pero y lo que te ahorras en trabajo con el calor azul...), alisar las paredes, poner pladur en el techo, pintar....después de todo eso, podremos descansar y disfrutar de nuestro piso.
Piso que por cierto, estaremos pagando durante un montón de años.